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Introducción
En lugares de trabajo con mano de obra intensiva, como granjas y otras operaciones agrícolas, pueden producirse conflictos entre los empleados. El conflicto es la fricción, el desacuerdo entre dos o más personas. Nuestro cerebro a menudo percibe el conflicto como una amenaza, lo que lo hace incómodo y lleva a muchas personas a evitarlo. Pero en entornos de trabajo físicos de alto estrés, donde son comunes las jornadas de trabajo largas y las expectativas son altas, el conflicto es casi inevitable.
Sin embargo, el conflicto no tiene por qué ser algo negativo. Cuando se maneja adecuadamente, puede conducir a una mejora de la comunicación, el trabajo en equipo y la innovación a largo plazo.
Esto es lo que los gerentes, supervisores y líderes de equipo necesitan saber.
¿Por qué ocurren los conflictos en la granja?
Los conflictos en el lugar de trabajo no suelen surgir de la nada. Comprender la verdadera causa es el primer paso para resolverlos y prevenirlos.
Algunas de los motivos más comunes de conflictos en las granjas y otras operaciones agrícolas incluyen:
Mala comunicación: Los malentendidos sobre las tareas o las expectativas pueden escalar rápidamente.
Diferentes estilos de trabajo: Algunas personas abordarán y evaluarán las tareas de manera diferente y se moverán rápido, otras se tomarán más tiempo para evaluar las diferentes opciones. Estas diferencias pueden crear tensión.
Responsabilidades poco claras: Si las funciones y tareas no están claramente definidas, pueden dar lugar a confusión y a responsabilidades ambiguas.
Barreras culturales o de lenguaje: Las granjas suelen tener equipos diversos. Sin una comunicación clara, incluso las pequeñas diferencias pueden convertirse en conflictos.
Estrés y fatiga: Los turnos largos y las estaciones climáticas pueden agotar la paciencia y aumentar la frustración.
Diferencias generacionales: Las diferencias de edad pueden causar conflictos en el lugar de trabajo, ya que cada generación tiene diferentes valores, objetivos y prioridades.
¿Qué sucede cuando se ignora el conflicto?
Es fácil pensar que un problema desaparecerá por sí solo, pero los conflictos no resueltos suelen empeorar, no mejorar.
Cuando los supervisores evitan abordar el conflicto, esto conlleva a tener las siguientes consecuencias negativas:
Baja moral: Los miembros del equipo pueden sentirse frustrados o sin apoyo.
Pérdida de productividad: Las personas que están molestas no trabajan de manera tan eficiente.
Rotación de personal: Los buenos empleados pueden irse si sienten que el ambiente es negativo.
Bajo rendimiento: El conflicto nos distrae, esto dificulta concentrarse en la calidad y la seguridad del trabajo.
¿Cómo manejar los conflictos de forma eficaz?
Lidiar con el conflicto no tiene por qué ser complicado, pero requiere hacerlo con intención. A continuación, le indicamos cómo se puedan manejar los problemas cuando estos surjan :
Crear un espacio seguro para hablar: Reserve tiempo para reunirse en privado con las personas involucradas. Para fomentar un entorno seguro y constructivo, establezca reglas básicas que fomenten el comportamiento respetuoso. Estas reglas pueden incluir prohibir los ataques personales y garantizar que todos tengan la misma cantidad de tiempo para hablar.
Escuchar a ambas partes: Mantenga la calma y la neutralidad. Deje que cada persona explique su punto de vista sin interrupción.
Encontrar la raíz del problema: Mire más allá de lo que sucedió en la superficie y comprenda la verdadera razón por la que comenzó este conflicto. Queremos encontrar la causa, no solo los síntomas. Por ejemplo, un desacuerdo sobre los horarios podría ser en realidad un problema de irrespeto.
Enfocarse en objetivos comunes: Recuérdeles a los miembros del equipo que todos quieren lo mismo: un lugar de trabajo seguro, respetuoso y productivo.
Acordar un plan: Hable sobre los cambios que deben ocurrir para resolver el conflicto, quién es el responsable y cómo hará se hará el seguimiento.
Traer ayuda si es necesario: Si una situación se repite o empeora, involucre a un gerente más experimentado o a un asesor externo.
El papel del líder en la gestión de conflictos
Los gerentes y supervisores de las granjas desempeñan un papel fundamental en la gestión y resolución de conflictos en el lugar de trabajo. Cuando se ignora el conflicto, puede debilitar el liderazgo, ya que los empleados pueden ver a los líderes que no actúan para resolver el conflicto como ineficaces o sin disposición para enfrentar los problemas. Tenga en cuenta estas estrategias prácticas para prevenir y gestionar los problemas de forma eficaz.
Lidere dando un buen ejemplo: Mantenga la calma bajo presión y trate a todos con respeto, incluso durante las conversaciones difíciles.
Sea coherente y justo: Evite el favoritismo. Cuando las personas sienten que todos son tratados por igual, hay menos espacio para el resentimiento o la tensión.
Comuníquese con claridad: Asegúrese de que todos los miembros del equipo entiendan las expectativas, los horarios y las responsabilidades.
Promueva el trabajo en equipo: Anime a los empleados a hablar, compartir ideas y apoyarse mutuamente.
Capacite a sus líderes de equipo: Si tiene supervisores o líderes de equipo a su cargo, bríndeles las herramientas para manejar los problemas pequeños desde el principio, antes de que estos crezcan.
Comuníquese regularmente: No espere a que los problemas le lleguen. Pregúntele a su equipo cómo van las cosas y escuche atentamente a lo que le dicen.
Conclusión
El conflicto es una parte normal cuando trabajamos con personas, especialmente en industrias en las que predomina el trabajo físico y donde la presión es alta como en la agricultura. Cuando los líderes responden con claridad, respeto y se centran en las soluciones, el conflicto se convierte en una oportunidad de crecimiento, no en una amenaza para el equipo.